Los tarahumaras ocupan una cuarta parte del territorio en el suroeste del estado de Chihuahua (65 000 km²) en una de las partes más altas de la Sierra Madre Occidental, conocida también como Sierra Tarahumara. Este territorio alcanza su cima en el Cerro del Mohinora de 3 307 m sobre el nivel del mar, ubicado en el municipio de Guadalupe y Calvo y su menor altura a 501 msnm ubicada en la zona del barranco del municipio de Batopilas.2
Dentro de los cuatro grupos de indígenas que están asentados en la sierra, los tarahumaras suman alrededor de 85 316 habitantes.3 El 90% de la población rarámuri se concentra principalmente en los municipios de Bocoyna, Urique, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Batopilas, Carichí, Balleza y Nonoava.
Es posible que los antepasados de los indígenas tarahumaras provinieran Asia (Mongolia), atravesando el estrecho de Bering, hace aproximadamente unos treinta mil años, pero los vestigios humanos más antiguos que se han encontrado en la sierra son las famosas puntas clovis (armas típicas de los cazadores de la megafauna del Pleistoceno) con una antigüedad de casi 15,000 años, lo que nos permite datar la presencia de los primeros pobladores de la Sierra Tarahumara.
La economía de los primeros grupos étnicos tarahumaras se basaba en la agricultura, la caza y la recolección. Cultivaban maíz, calabaza,chile y algodón. Cada grupo tenía su dialecto de la lengua tarahumara y sus gobernantes, quienes se encargaban de proteger el territorio contra las etnias vecinas y garantizar el orden interno de la tribu.
Eran belicosos y politeístas. Creían en la vida después de la muerte y en la existencia de seres benévolos y malévolos. Entre los benévolos consideraban al sol, la luna, el médico, las serpientes y las piedras, que provocaban las lluvias y controlaban los animales que cazaban. Entre los malévolos estaban los señores del inframundo que causaban la muerte y los desastres naturales. Sus rituales comunales eran parte esencial de su cultura. Adoraban el sol y la luna, celebraban victorias bélicas, la caza de animales y la cosecha agrícola.
No fue hasta 1606 cuando los misioneros jesuitas tuvieron el primer contacto con los indígenas de la sierra. Según las referencias históricas de la época colonial, la conquista y la evangelización inició con los “chínipas”, muy relacionados con los guarijíos, etnia considerada como la más fiera de la región en esos tiempos. Cuando llegaron permanentemente los religiosos a su pueblo en 1632, su presencia provocó un levantamiento entre los pueblos indígenas, quienes estaban descontentos con la labor evangelizadora. Esta protesta la comandó el jefe “Combameai”. La primera revuelta terminó con la muerte de dos religiosos, lo que originó una fuerte represión por parte del gobierno de laNueva España. Fue entonces cuando muchos guarijíos huyeron y se internaron en las barrancas de lo que hoy es el estado de Chihuahua.
Encima de eso, fue en los siglos XVII y XVIII cuando diversos grupos de agricultores y comerciantes novohispanos invadieron esta región despojando de gran parte de la tierra a los indígenas, intercambiándoselas por productos como jabón, sal, mantas y otras baratijas; algunosindígenas fueron obligados a trabajar con ellos como peones pagándoles muy poco. En cambio, otros emigraron hacia las partes más recónditas de la sierra para protegerse y evadir el trabajo forzado en haciendas y minas.
Es ahí en lo más abrupto de la sierra donde se asentaron las misiones jesuitas que, sin mucha controversia, muchas veces sirvieron de refugio a los abusos cometidos contra los indígenas. La expulsión de la orden de los confines del Imperio español significó un retorno de los tarahumaras a la vida seminómada que llevaban. Por otra parte este acontecimiento les dejó completamente aislados en los altos de laSierra. Eso les ayudó a conservar su cultura y a desarrollar un singular sincretismo religioso que todavía existe y es único en México por su mezcla de catolicismo y chamanismo.
En el año de 1856, mediante la ley de la desamortización de los bienes eclesiásticos, los mestizos de la zona ocuparon las tierras pertenecientes a los pueblos de misión habitadas por tarahumaras, quienes se vieron obligados a abandonarlas. Pero no sería hasta 1876 que se rebelarían, cuando fueron obligados a partir de las pocas tierras que les quedaban, pero esta vez serían respaldados por el gobierno del estado que abogó por ellos. Se registraron otros dos levantamientos: uno en Agua amarilla en 1895 y otro en Chinatú en 1898.4
Los tarahumaras o rarámuris son un pueblo simplemente increíble: han conservado sus viejas tradiciones y estilo de vida y habitan en cuevas y montañas de la impresionante sierra que lleva su nombre, en el estado de Chihuahua. Descubre aquí más datos sobre esta cultura.
En la sierra que lleva su nombre habitan los tarahumaras, o rarámuris “los hombres de los pies alados", como ellos se llaman a sí mismos. Esta prodigiosa sierra produce en el visitante una impresión que difícilmente puede olvidar: enormes montañas, riscos escarpados, desfiladeros o cañadas profundas que se extienden hasta el infinito. Lo más asombroso, sin embargo, es que desde épocas milenarias sus antiguos moradores son y viven como antes, como siempre. Forman los tarahumaras un grupo humano insólito, desde el siglo XVI los occidentales que por ahí aparecieron y los que ahora los conocen saben que son algo extraordinario.
para mas informacion: http://www.mexicodesconocido.com.mx/raramuris-los-hombres-de-los-pies-alados.html
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